Nick Adams
Nick Adams
Aterrizo en
este bosque seco, herido de mil batallas. Solo, recortado contra el río, solo,
íntimo, en el agua que corre y baja hasta que se pierde.
He sobrevivido
a una toma de rehenes, a un secuestro extorsivo, a la imposibilidad de huir de
un campo de batalla. Regreso después de esa trinchera en la Gran Guerra. Los
obuses me aturden mientras intento recuperar una calma ritual.
He olvidado la
tienda, una olla para calentar agua me falta, no he traído alimentos. Sin
embargo, no me he olvidado de mí mismo. Pleno de sombras y dolores mal curados,
me he arrastrado hasta esta orilla. Abierto como una herida, cerrado como una
oruga, a punto de despuntar y de renacer, contemplo mi reflejo en el agua y el
ritual me purifica.
He elegido este
bosque sutil y sediento para mi retiro. Se extinguen, de a poco, los estertores
de la batalla, el miedo a la metralla permanece. Olvido todo, como si mi único
hoy fuera esto. Años, experiencia, deseo, encanto, esperanza se funden en el
reflejo de una flor violácea sobre el agua transparente.
Mi hermano
muerto y mi voz, es lo que llevo a todos lados. Poesía, prosa. Una llama que no
se extingue.
Mi alma
atormentada flota en el río, reflejo de un sol que cruza de una orilla a otra,
despacio sobre esa agua escasa. Mi tormento se pierde en el eco de las batallas
de las que quiero escapar en este rincón del bosque.
Nick Adams II
Me pregunto si
es la herida la que me sostiene o si soy yo el que se abre paso entre las
llagas.
Soy un extraño
en cualquier país. A punto de desesperar. El único personaje que logro
componer, yo mismo, se retira en silencio.
Renazco en el
agua y en el ritual. Vuelvo a navegar el dolor y la ausencia.
Nick Adams III
Las piedras
contienen mi cuerpo ubicuo. Mis pies sobre las piedras blancas, algún pez me ha
rosado los dedos. Soy silencio. Siempre se dice lo mismo. Siempre se pide lo
mismo. Otra vez la angustia, antes de la partida.
Sigo solo. Voy
a morir mil veces y com Nick Adams, voy a renacer en la paz y no en la batalla.
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