“ El tema de las identidades está a flor de piel, el miedo a la diferencia y a la propia transformación”.

Ariel Halac, Licenciado en Comunicación Social, autor de “ No había que hacer negocios con argentinos” ( Cal.lígraf, 2013)




ARIEL HALAC
“ MIAMI ES, EN TÉRMINOS DE MARC AUGÉ, UN NO LUGAR, UNA GRAN AUTOPISTA”.

El escritor Ariel Halac ( Córdoba, Argentina, 1966), establecido entre Girona y L´Escala, acaba de publicar “ La ilusión de otra cosa” con Ediciones Cal.lígraf Una novela que mezcla el sueño americano con la picaresca latina, situada en Miami a principios del 2001 y después del atentado de las Torres Gemelas. Ciento cuarenta páginas de reflexión en torno al lenguaje, el desarraigo y las identidades.
“ El tema de las identidades está a flor de piel, el miedo a la diferencia y a la propia transformación”.
Mar Camps/ Figueres

La ilusión de otra cosa salió a la luz este San Jorge, en abril . Pero la idea de la novela se comenzó a gestar hace cerca de dos décadas, cuando vivías en Miami.

Este libro tiene la edad de mi hijo, diecisiete años de trabajo Tuvo, literalmente, centenares de versiones hasta que llegó a manos de Jaume, Merce, Carlos y Ramón, la gente de Cal.ligraf. De entrada, el texto les gustó pero, desde que llegó a sus manos hasta que se editó tuvo todavía muchas más transformaciones, sugeridas sobre todos por ellos. Así que, en cierta forma, los considero, sobre todo a Jaume, coautores del libro. Hubo todo un trabajo sobre literatura y aportaciones que creo que enriquecieron el texto. Era un texto mucho más neutro, más orientado a una perspectiva futurista. Y finalmente se transformó en un texto anecdótico sobre Miami.

¿Qué quedó de la idea inicial?

De entrada, lo que más definido estaba eran los diálogos con un grupo central de personajes. Era un personaje que dialogaba. El personaje central, que se llama Mijan, era no sé si un estafador pero un trilero, que intentaba sacar provecho de las situaciones en las que se encontraba.

Mijan se aprovecha de personas, que, como él, han migrado a Miami y aspiran al sueño americano.

Sí, era una estafa horizontal, muy democrática (Ríe). Este juego siempre fue una especie de estrategia de supervivencia del personaje. Como un salvavidas que, al final, evidentemente no funciona. Son atajos que el personaje quiere utilizar frente a un sistema que aparece como todopoderoso. También desde el punto de vista del lenguaje. En el habla está muy presente eso que yo llamo “ el habla del “ Imperio”, como este inglés, tan estándar y fuerte y un castellano inglesado. El espanglish, un idioma que, de alguna manera, estamos adoptando todos, esta contaminación de terminología por la imposición de ciertas normativas y pautas de comportamiento autoritarias. Los personajes intentan hablar este idioma, que tampoco les sale bien. Hay una sanción por parte del sistema si no lo hablas bien.

Es un libro, que al fín y al cabo, habla del desarraigo.

El desarraigo es, en este caso, generalizado. Ninguno de los personajes que aparecen están arraigados en Miami. Miami es, en términos de Marc Augé, un no lugar. Es como una gran autopista, donde la gente está de manera anecdótica. A la vera de la autopista tienen lugar estos intentos de supervivencia, que a veces son muy exitosos, como es el caso del peluquero o del aviador mismo. Son gente que sabe tirar adelante con el sistema pero que sigue teniendo la sensación de no estar en su lugar y de no acabar de encajar. Vienen con una expectativas que después son muy diferentes a lo  que se encuentran.

El protagonista, Alejandro Mijan, se gana la vida engañando a los otros personajes, diciendo que escribe un libro, La ilusión de otra cosa, una recopilación de biografías sobre ellos, que también se encuentran viviendo en la ciudad, en un precario equilibrio…

Esta novela nunca se llegará a editar. En este juego aparece también toda  la angustia, el desarraigo, ya en un nivel más profundo que el desarraigo del inmigrante. El inmigrante siempre está desarraigado, pero luego hay una capa más. Una capa en la cual, desde mi punto de vista y con una cierta ambición literaria, vemos el desarraigo de todos, eso sería lo más interesante: que el lector se encontrase con esa sensación. Es una conexión que estoy buscando desde lo íntimo. Seamos o no seamos de un lugar, tenemos esta sensación de extrañeza.

Los desastres naturales también sacuden la vida de los personajes

Miami es una ciudad particularmente expuesta al cambio climático. Ha padecido muchísimo en los últimos años, con huracanes de una magnitud catastrófica, pero también es una ciudad muy resiliente. Los personajes están acostumbrados a vivir en esta situación casi pre- bélica. La naturaleza se lo lleva todo. Cada temporada llegan estos huracanes y la gente se prepara para el desastre. Durante los tres años en que viví ahí, me moría de miedo. Cuando te anuncian un huracán, es el fin del mundo. Creo que, en cierta manera, es una metáfora del mundo que viene. Cada vez pienso que viviremos, todos, en esta provisionalidad.

Los desastres naturales sí que nos afectan, a todos por igual, de manera indiscriminada.

De eso sí que no se salva nadie. Eso es lo que nos va diciendo la naturaleza. A pesar de esta mega civilización, porque si hay una expresión del capitalismo es Miami…Las islas privadas, los yates, los cruceros, todo eso no significa nada cuando viene un huracán y los agarra a todos por igual. Es señal de que no somos omnipresentes ni todopoderosos, ni siquiera si conseguimos lo mejor que nos propone el sistema. Siempre somos vulnerables.

La historia está situada en Miami después del atentado de las Torres Gemelas y de la guerra de Irak.

Viví la caída de las Torres Gemelas en Miami y te puedo decir que fue uno de los eventos más traumáticos que ha tenido la sociedad norteamericana. Al menos, desde que tengo memoria. Un ataque en tierras norteamericanas, con víctimas civiles, momentos de tensión y de enorme dolor, alrededor del cual yo creo que la política norteamericana y toda la línea del neoliberalismo se transformó en otra cosa. Se comenzó con un estado más policial, represivo, se generaron muchas estructuras como Homeland Security. La era de Trump es la expresión máxima de este miedo a algo extranjero, al “ alien” como dicen ellos.
En Miami, particularmente, esta situación es paradójica, porque es una ciudad en la que solo hay inmigrantes. Toda la gente que se ha establecido, en un momento u otro, procede de otro sitio. Y en esta mezcla, esta burbuja que es Miami, toda esta contradicción aflora de una manera más evidente. Florida siempre ha estado muy inclinada a la derecha, donde el partido republicano es muy fuerte. Hay una gran necesidad de la gente local de demostrar que son norte americanos.

La identidad es el otro gran tema de la trama

Me parecía importante que saliese ahora la novela. Es un momento en el que el tema de las identidades está a flor de piel y sobre todo, el miedo. El miedo a la diferencia, a la propia transformación.

Viviste en EEUU a principios del 2000 y se instala en el pueblo de L´Escala en el 2004.

Nosotros, con mi mujer Andrea, teníamos dos opciones. Se acabó el término de la visa que teníamos, tuvimos nuestro primer hijo en Miami y dijimos: o regresamos a Argentina y retomamos nuestra vida de allá o probamos La ilusión de otra cosa.


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