Volver al futuro
- - ¿Hemos
llegado, papi? Pregunta el niño en el asiento trasero luego de mil quilómetros
de espera. En cada hora, en cada parada, enarbolaba la pregunta ¿Cuánto falta?
- - Parece
que sí, que este es el destino.
- - Pero
aquí no hay nada.
Desde
atrás del vehículo se acerca un policía con escafandra. Parece un buzo
encerrado claustrofóbicamente, un sicario al servicio del capitán Nemo. El
representante de la ley es un pseudo científico que se protege para poder dar
indicaciones y controlar a los ciudadanos sin peligro de contaminación.
El
agente ofrece dos trajes a medida. Padre e hijo se incorporan desde la nave, no
sin antes descontaminarse.
El
padre reflexiona: “Somos seres intrascendentes, viajando por el tiempo sin
ningún tipo de consciencia acerca de nuestra propia capacidad para siquiera,
mirar el paisaje”.
El
niño repasa toda la literatura que leyó en el viaje, para aguantar el tirón: 20.000 leguas de viaje submarino. Viaje al
Centro de la Tierra. Emilio Salgari, Julio Verne, Aldous Huxley, George Orwell.
Los grotescos personajes de Spielberg en Volver al Futuro, el engendro genético
digital de Blade Runner, la respuesta de la gran estrella de Odisea del Espacio
o el capitán Kirk enfrentando mundos hostiles y desconocidos en la nave que
representa la fusión de las galaxias.
El
padre piensa en otra metáfora: el
personaje de Borges en las ruinas circulares, retomado de la mitología clásica.
- - ¿Ya podemos salir papi?
- - Esperá que el policía nos indica lo que
hay que hacer. Hay nuevas instrucciones de la Autoridad, son complicadas, hay
que obedecer para sobrevivir. Menos mal que hay alguien que nos dice exactamente
lo que tenemos que hacer en cada momento.
Padre
e hijo salen de la mini nave confinada y se quitan el aparatoso traje de protección que
le ha obsequiado la Autoridad.
"La
dirección y el tiempo no existen, como descubrió el personaje de Borges en las
ruinas circulares” piensa el padre mientras se dirigen, escafandra grande y
escafandra pequeña, al lugar del que
habían partido.
- -Pero papi, estamos de vuelta en casa ¿No
era que íbamos a algún sitio? ¿No era que íbamos al futuro?
- -Nos faltaba lo esencial hijo, la razón
de tanto movimiento, por eso parece que tenemos que empezar de nuevo.
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