No nos atropellan...ni nos vence el marketing y el abuso, ni nos somete la represión, ni entramos en la ilusión de El Dorado y la ciudad perdida. Somos eso, somos arte urbano de las alcantarillas, arte residual, digno en su oscuridad y en su esencia salvaje. Aquí estamos, no nos atropellan las telefónicas, los monopolios energéticos, los manipuladores y los que controlan el dinero y los alimentos. No. Aquí estamos.
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