Alta Velocidad
http://www.lavoz.com.ar/opinion/alta-velocidad La Voz del Interior 12 de diciembre 2015
Imágen: Pedro Halac
Imágen: Silvi Glattauer
En el tren que no se detiene
el péndulo está socavando los cimientos del entendimiento, la emoción y la
razón.
Pareciera que el péndulo se
desplaza de manera secuencial o armónica, como el paisaje desde la ventanilla
del tren de alta velocidad. Pero el movimiento es caótico y destructivo. El
mundo está pidiendo a gritos que nos detengamos. El péndulo se desplaza desde
un lugar quieto. Quiere decir que existe la quietud, existe ese sitio en el que
todo está en paz, calmo. El origen del movimiento y del sentido. Ahí es donde
necesitamos regresar para recuperar y construir lo perdido en la carrera de
velocidad hacia la nada.
Recorremos un lugar común
tras otro y llegamos a la misma conclusión: el problema son los musulmanes, los
extranjeros, los judíos. Los que vendrán a rebanarnos el cuello por ser de
afuera. Los que no respetan nuestras costumbres y nuestras vidas.
Cuando alguien se queda
afuera, cuando a alguien se le dice eres nadie, cuando a alguien se lo
extorsiona para que muera en la soledad y en el destierro, empiezan los
problemas. Un tiroteo deja muertos. Los fabricantes de balas están por todas
partes. Pero una exclusión produce odio y eso es peor que las balas.
La lógica de Pablo Escobar,
el asesino que tuvo en sus manos un país y un continente, es la misma que se
esparce en Sicilia, Buenos Aires, París, Pekín, Nueva York. Literatura del plomo,
la plata y el terror que se adentra por las venas de las calles generando
adicción y muerte.
Miro por la ventanilla del
tren de alta velocidad la destrucción de la vida. La matanza desidiosa de
animales, personas y plantas. La destrucción del ecosistema. La masacre de ideales y expectativas.
La gente sigue votando
opciones falsas. Los países siguen rodando en la mentira. El cambio climático
sigue su curso. Y no hay forma de detener este tren de alta velocidad que se
dirige al desastre. Necesitamos política desde la vida y hacia la vida, no
desde la muerte y hacia la muerte.
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