Tubos neumáticos

-Se está bastante bien en esta parte de Jupiter…

-        Tenemos el sol de medianoche de una de las lunas y el acantilado de hielo, que se ve precioso con el reflejo.  Las excursiones a la cueva son la principal atracción.

-        No parece que hicieran cuarenta grados bajo cero afuera, ni que estuviéramos reencontrándonos después de veinte años…- miro a Renzo incrédulo, no termino de creer que está de visita en mi planeta.

-        Solo tardamos tres años en llegar, los tubos neumáticos funcionan bien con la hibernación transitoria- comenta Morna. – Hubo demora en la Terminal 1 pero se resolvió rápido-  sólo seis meses más de lo previsto. Morna se ha puesto unos shorts ajustados y una camisa de pana para andar adentro del iglú. Renzo apura su café. El tipo no tiene una sola cana y folla todas las noches. Ahora lo hace en la cama que les he dejado para que estén cómodos. Yo duermo en el sofá.  Los adolescentes se ubicaron en la habitación de huéspedes.

-        ¿Cuánto puede costar un iglú de estos Paco? – pregunta Morna.  Renzo la mira y asiente, pensando que su próximo destino como biólogo marino puede llegar a ser…Júpiter.

-        Las propiedades han bajado en esta parte del planeta. El turismo ha atraído inversiones, pero no se ha vendido demasiado. No son muchos los que se animan a dar el paso de mudarse a este planeta, a pesar de que las condiciones de vida van mejorando…

-        En la tierra todavía quedan reductos como este...- Morna se queda pensativa.

-        Si habremos ido a  la Antártida y el Polo Norte antes que se terminaran de derretir. Me acuerdo cuando participamos en ese programa para producir hielo que nivelara los océanos- Morna, asiente como si no conociera la historia de esas expediciones.

-        ¿Todavía existe  el acorazado Rogelio Martínez?

-        Lo destruyeron hace cien años- Renzo se pone a lavar su taza y se lava los dientes.

-        Con esto de la prolongación de la vida uno no se entera de nada…Ya debe hacer cuatrocientos años que estoy en Júpiter.  

-        En la tierra no se puede vivir más Renzo…La anarquía funcional es un invento atroz. Eso de abolir la propiedad no ha resultado. La gente se está matando por un vaso de agua.- Morna calienta un par de tostadas y se acerca a la mesa. Lleva un escote pronunciado. A ella tampoco parecen pasarle los años.

-        Esta es la mujer práctica que necesitás, boludo. – le digo a Renzo- Hacele caso, vengan a vivir a Júpiter.

-        Morna trabaja en los Juzgados Mundiales hace ocho siglos. En los últimos doscientos años maneja pleitos por el agua. Hay mucha  gente en la cárcel y este siglo empezaron a hacer ejecuciones sumarias para aliviar la presión demográfica.

-        Todavía se está bien en la Tierra. Vos con tu curro océanico y esta con los cuervos que se comen por una gota de agua. No se pueden quejar…

-        El tema del agua acá no es problema, miren esto. -Abro la cubierta del techo del iglú y alhí está, el Monte Arena. – Esta es la catedral de hielo más impresionante que presenta esta parte del planeta.- les explico.  

Timoteo se levanta como si hubiera descansado en un viaje interestelar. Está fresco y preguntón como siempre. Ni se fija en la cúpula.  

- ¿Vos crees Paco, que acá se podría volver a implantar el régimen anárquico?- es increíble el idealismo del pibe. Me hace las mismas preguntas que me hacía en la tierra hace novecientos años.

-        ¿Por qué no? Acá todavía hay reductos sin explorar. La gente está viniendo. La tecnología está disponible para hacer de este espacio un planeta habitable…no le veo problemas al anarquismo si se aplica bien.

Artemio, el hermano menor, mira asombrado la cúpula y el Monte Arena. -

Renzo aprovecha que he abierto la cúpula para fumarse un cigarrillo. - No puedo creer que haya una montaña de hielo real justo saliendo de tu casa, con tanta agua como para calmar la sed de la tierra durante un siglo…- dice mientras el humo se escapa por el oxígeno puro que se respira junto al Monte de Hielo. .

-        ¿Están listos para la expedición?- me pongo mi traje ignífugo gravitatorio- . Solo hay que activar la adhesión molecular. –

Terminemos de desayunar las  verduras del huerto orgánico a base de ADN vegetal traído de la tierra y salimos, ¿les parece?. Antes de salir les explico el itinerario: - La gruta de 6 km de profundidad está a poca distancia del monte de hielo. Soy guía turístico certificado en Júpiter, conozco el camino. Miles de turistas vienen de la tierra a ver este paraíso. Con la crisis del agua el tráfico ha mermado. Creo que pronto me dedicaré a otra cosa. Estoy estudiando para organizar clones vegetales y animales, esenciales para nuestra alimentación.-

La cueva nos lleva tres días de recorrido suspendidos con nuestros trajes de las paredes llenas de estalactitas.  Por las noches acampamos y me pongo nostálgico con Renzo

-A veces siento que nuestras vidas se han alargado demasiado. Hace siglos que me la paso mostrando estas cuevas oscuras, estos montes de hielo. Nunca una chica, nunca un bar. La gente viene y se va.

- Estás en tu propio paraíso…

Siempre que lo escucho a Renzo, no importa cuánto tiempo pase, me sucede lo mismo: siento que me estoy perdiendo algo.

-Con todo lo horrible que parece la tierra, parece ser el único lugar al que volver.

-¿Qué te voy a decir?… ni siquiera me he planteado la posibilidad de exiliarme…

Artemio y Timoteo están fascinados: el agua, la oscuridad y la belleza tenue de las  cavernas iluminamos desde nuestros mini tubos ignífugos. El fuego entre las rocas abajo y arriba de la superficie. El hielo que inunda de una visión violácea, que refleja el sol de la luna de Júpiter.

De vuelta en el iglú, Morna insiste en hacer pizzas arrebosadas, una vieja tradición de las expediciones antárticas, que Renzo mantiene a través de las siete vidas que se ha gestionado a través de la Agencia Espacial de Biología Marina.

-En el último siglo me han encargado explorar oportunidades de supervivencia  en el fondo marino. - me explica Renzo- Los chicos están creciendo más lento que lo habitual. Llevan mil años siendo adolescentes.- No sé si ha sido bueno darles la medicación vital tan temprano…

-        Qué planes tienen…¿piensan quedarse?.

-        Seguimos al planeta 45, te acordás del Cholo, el homosexual, ¿el que se casó con el capitán Beto?.

-        Sí…¿el de cuarta sección? Me acuerdo que le cantábamos, en la excursiones antárticas: “ Ahí va el capitán Beto…por el espacio..”

-        Cholo está viviendo en el planeta 45. Ahí se admiten los matrimonios gay. Dos años más de viaje desde Júpiter. Cinco años por tubo neumático para volver a la Tierra. Morna quiere que los chicos vean un planeta más liberal …

-        Los chicos no te van a dejar volver…

-        Al contrario, con estos viajes se valora más lo que se tiene.

-        ¿Y qué se tiene?

-        Buenos Aires todavía existe ¿sabías?

-        ¿En serio? …

Timoteo se ríe y Morna me mira como diciendo que estoy completamente desactualizado.

-        No existe más el régimen anárquico. Se ha producido el efecto Mad Max-  me comenta Timoteo.

-        Contame que es eso.

-        Se acumula agua potable.

-        ¿Y?

-        Hay gente que tiene agua y gente que no. Es una batalla por la supervivencia en las pampas que se han convertido en desiertos…Los sobrevivientes luchan por un litro de gasolina y por transfusiones de sangre. He hecho algún trabajo con gente de los desiertos …

-        Es una historia vieja- interviene Renzo- esto empezó con el descubrimiento de América. La fundación de Buenos Aires fue un desastre que terminó en Antropofagia. Pero mirá lo que se está armando acá. En Júpiter se vive perfecto. La humanidad avanza. Y vos sos un pionero Paco. Por suerte parece que acá no hay aborígenes, como había en América.

Los veo partir en los tubos neumáticos, desde la Terminal cuatro.

 Antes de que me empiece a sentir solo, me tomo una pastilla necroléptica. Ya me despertará el próximo contingente de turistas o amigos que quieran explorar la Gruta Mayor de Júpiter y el Monte de Hielo de Júpiter.