El poder de las cifras en la Kábala



Imatges no disponible: El poder de las cifras en la Kabala

El poder de las cifras en la Kabala.



"En la Kabala los números tienen significado. El 13 por ejemplo, significa peligro de muerte o reestructuración laboral."
"La idea de la inversión cronológica de la causa y efecto constituye un elemento de la visión borgiana que también se presta a un análisis kabalístico".
Imatges no disponible: El poder de las cifras en la Kabala.Fotografia de Carolina Cristal.
Uno de los principales logros de esta situación de denominada "crisis" es una inmovilización depresiva. Esto se logra, sobre todo a través de la manipulación de las cifras. En primer lugar se convierte cada ciudadano, cada aspiración de vida mejor, cada sistema de referencia legal que regula el abuso del hombre por el hombre, cada estrategia de humanidad, supervivencia y arrojo para salvar vidas, en un simple número. Esa primera operación de despersonalización permite articular una comunicación paralizante. El otro elemento clave es la regularidad de cierto tipo de comunicación propagandístico. Cada cierto tiempo se dan a conocer las cifras de paro, de inflación, el índice de popularidad de los políticos. Estos números, al igual que en la Kabala, transmiten un significado: dan la pauta de lo mal que estamos, de lo que falta para el paraíso. Nos dejan pensando como nos las arreglaremos para sobrellevar la travesía del desierto que hay que recorrer para que esos números estén de nuevo en su sitio.
Borges retoma la Kabala, que es obra de autores apócrifos, algo en lo que el maestro se deleita, como una referencia acerca de la inversión del significado. Es decir que en la Kabala hay una inversión de la causa efecto. El efecto puede ser la causa de algo. Esto da un inmenso poder al lector para cambiar hasta el origen mismo de un texto. Más que una ambivalencia o una apertura, esto invierte de plano la relación lectura escritura poniendo al lector a cargo de la revelación no solo del significado, sino de la causa misma del texto. Esto es bastante complejo, pero aplicado a la chabacanería, al efectismo mediático y a la manipulación paralizante conveniente para todo organismo que ostenta un poder, puede servir como metáfora.
La semana termina con las cifras de paro en España, con las que todo el mundo se escandaliza y llora lágrimas de cocodrilo, en el fondo agradeciendo no formar parte de los parados desahuciados muertos de hambre. Más de 6 millones de personas sin trabajo, más del 57% de los jóvenes sin oportunidad de conseguir empleo. Siguen otras cifras, como los índices de aceptación de los políticos, que se sitúan en la mayoría de los casos en un 3 sobre 10. Se habla de catástrofe, de emergencia, de situación terminal. Luego se hace silencio, no se dice más nada. Se reúnen el gobierno y la oposición y se sacan una foto intentando pautar algo que calme por unos días el espanto de esas cifras. Salen los autorizados voceros de la Comisión Europea delante de un impactante cartel "recovery of the economy". El sabio presidente del Banco Central Europeo da la cara, las bolsas respiran y luego se suman en la debacle. Nombres rimbombantes nos prescriben cuánto esfuerzo más hay que hacer para llegar a las metas del tanto por ciento, y a decir cuánto por ciento vale el dinero según el interés central.
Imatges no disponible: El poder de las cifras en la Kabala.Fotografia de Carolina Cristal.
En el fondo, cualquier espectador desprevenido sabe que esas cifras no dicen nada real. No indican nada que alguien sepa a ciencia cierta. Nada que alguien pueda cambiar o sobre lo que se pueda ejercer ni siquiera un ejercicio semántico.
Tal y como plantea la Kabala, todos estos números nos están diciendo cosas. Pero el significado está antes que el número. El número es el resultado de un ejercicio semántico que comienza mucho antes, en la producción misma del mensaje, o aún antes, en la elaboración del contenido del mensaje. Por eso hablar de estas cifras es invertir el mundo para paralizarlo. Esas cifras son la cuantificación de una situación no solo semántica sino existencial. Y aquí es donde aparece lo más inexplicable y a la vez caótico de la existencia contemporánea. Todos nos enteramos al mismo tiempo de lo mismo y nos quedamos inmovilizados. Entre otras cosas porque no sabemos quién es el último responsable. O porque el responsable nunca dirá la cifra real. O porque no existe un solo responsable. O porque las cifras que se transmiten son en realidad parte de un drama colectivo que no tiene ni nombre ni puede definirse con una cifra.
Volviendo a la Kabala, si invertimos la ecuación, las cifras son el contenido. El paro, la muerte de gente en terapias por falta de atención médica, la desescolarización de los niños, la corrupción de los políticos, incluso el desánimo, la depresión ciudadana y la desarticulación de la protesta son la consecuencia de estas cifras.
Haciendo un ejercicio literario, es como si anunciásemos un terremoto y solo porque se anuncia sucede. O al menos suceden sus consecuencias: pánico, saqueos, muertes por asfixia, embotellamientos, accidentes de tránsito.
La idea del ejercicio numérico como iniciación de un significado ha tenido un par de versiones impactantes en las últimas semanas: un estudiante de economía descubre que hay errores en la planilla de cálculo que justifica toda una década de política de recortes. Un ministro del gobierno de Rajoy dice que "la gente" no se manifiesta porque en el fondo está de acuerdo con la política de austeridad de este gobierno. Estas cifras se acomodan en función de los intereses y las intenciones semánticas. Eso está claro. Pero en realidad, desde un punto de vista borgiano y cabalístico, más que ajustarse a una semántica y hablar desde las intenciones de quienes las emiten, las cifras son la causa de lo que dicen.
En el fondo de cada una de esas cifras abrumadoramente ciertas, terribles, hay una parábola. Una verdad y una mentira ocultas. Un origen de un efecto. Cada una de esas cifras se reproduce a sí misma y va generando su propia carga de muerte, desahucio, pobreza y hambre. Cada cifra se nutre a sí misma del propio desastre que la multiplica y la potencia.
Imatges no disponible: El poder de las cifras en la Kabala.Fotografia de Carolina Cristal.
Borges y la Kabala dicen que el productor de significado es el que lee. ¿Y si el lector inventa otra realidad?
Inventamos una sesión de jam a medianoche en un centro cultural de Girona. Una concentración de talento musical por centímetro cuadrado impresionante. Los músicos suben a improvisar e inmediatamente integran su enorme talento a los demás, espontáneamente. Es un espectáculo donde se destacan las individualidades. El conjunto arropa a los que suben y les da sostén. Las notas no son más que números. Los músicos también son números en el universo de estadísticas y despersonalización de las cifras. Pero nadie está deprimido en lajam. Se están creando nuevos números, nuevas cifras, nuevas combinaciones. O mejor aún, en el espacio musical común que puebla el alma de ese centro cultural queda olvidado el poder de las cifras. Se está empleando la sesión musical para recaudar alimentos para la gente que no tiene para comer. Tal vez sea eso lo que nos puede salvar del origen cabalístico de unas cifras que nos llevan a la muerte. La vida y la improvisación, tal vez eso nos puede salvar

Comentarios

Entradas populares